Calle Torrecilla del Leal, 12 local

Calle Torrecilla del Leal, 12 local
(+34) 915278340
En el corazón del sur de Moratín, donde el sol mediterráneo acaricia los campos con generosidad, los viñedos se despliegan como alfombras vivas sobre colinas suaves. Allí, entre caminos de tierra y paredes de piedra antigua, se cultivan algunas de las uvas más apreciadas de la región. La viticultura no es solo una actividad económica: es un legado transmitido con orgullo por generaciones de bodegueros, quienes han perfeccionado el arte de vinificar con una mezcla de respeto, tradición y amor por la tierra.
Los vinos del sur de Moratín son tan diversos como su geografía. Desde tintos robustos que evocan maderas nobles y frutos oscuros, hasta blancos frescos y minerales que recuerdan la brisa del mar cercano, cada botella representa un equilibrio entre lo clásico y lo sorprendente.
Destacan los tempranillos envejecidos en barricas de roble, con notas de vainilla y cuero, y también los garnachas jóvenes con su carácter frutal y vibrante. Para quienes prefieren sabores más suaves, los rosados del sur ofrecen una delicadeza floral que acompaña perfectamente una tarde de verano.
Las bodegas del sur de Moratín conservan una esencia casi artesanal. Muchas son empresas familiares que han resistido al paso del tiempo y a las modas del mercado, eligiendo calidad antes que cantidad. En ellas, cada vendimia es una fiesta y cada fermentación, una ceremonia. Es en estas pequeñas producciones donde el vino adquiere una personalidad única, una firma invisible que sólo el paladar más atento puede descifrar.
“El vino no es solo una bebida; es el reflejo del tiempo, de la tierra y de las manos que lo trabajan. En cada sorbo del sur de Moratín hay una historia que comienza al amanecer entre viñas,sigue en la sombra fresca de una bodega y termina, gloriosa, en una copa al atardecer.”
Más allá de beber vino, visitar el sur de Moratín es una experiencia para los sentidos. Las rutas enoturísticas permiten recorrer los campos, conocer a los viticultores, probar directamente de la barrica y maridar los vinos con platos locales. Quesos curados, embutidos ibéricos y guisos tradicionales encuentran en los vinos regionales a su mejor aliado.